🌼 F L O W E R P O W E R E N D L E S S S U M M E R🌼
Helena, por qué corres? Esa pregunta me la hicieron hace más de 5 años, en una conversación casual, y todavía me hace eco. No fue si no hasta la cuarentena, en el que me vi forzada a detenerme en casa, en soledad, para poder responderme a la pregunta y observar mi relación con el tiempo, y ver de qué o hacia qué corría.
Formentera es una isla que te enseña a ir despacio. Adecuarte al ritmo de esta isla lleva unos días; llegamos todos como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas, atolondrados y de prisa, y si no desaceleras, te caes de la moto, como nos pasó a mi novio y a mi.
Como humanidad, no nos hemos dado cuenta que somos presos de nosotros mismos y nuestra incapacidad de poder elegir; porque creemos que somos capaces de hacerlo todo. La verdadera libertad implica renunciar. No se puede estar en dos lugares al mismo momento y pretender disfrutar de los dos; hacer mil planes y pretender llegar a tiempo a todos. Querer compartir con muchas personas y pretender poder prestarles la atención que se merecen. Por eso me he borrado el whatsapp.
No soy una persona deportista y mi novio me llevó a pasear la isla en bici. En la primera subida casi me doy media vuelta; pero ahí entendí que era la ansiedad por llegar a la cima y la anticipación de lo que me costaría llegar allí. Lo vi como una metáfora de la vida y decidí ir poco a poco, despacio, contemplando y disfrutando del camino, y sin mucho esfuerzo llegué a la cima, porque lo que resiste, persiste. Pero eso sí, que buenas son las bajadas.
Conocí a Vincent, un belga con más de 30 años en la isla. Dejó una vida de lujos para vivir en su barco de madera y vela roja, con un solo vaso y cuchara, sin “tenedores, que son muy peligrosos en un barco”. Se alimenta de chocolates y frutas, bebe vino, es un fiestero ibicenco en verano, hace el dinero suficiente, navega y vive la vida que eligió, con lo bueno, con lo malo, con lo que otros pudieran o no entender… y me dice “yo no tengo tiempo para esas cosas, yo sólo tengo tiempo para navegar”
La consciencia colectiva de nuestra Era ha puesto el valor del hombre en su capacidad de rentabilizar. Pareciera que vamos todos en un tren a toda marcha en el que tenemos que “lograr cosas” y el miedo a no lograrlo acelera aún más ese tren, el de la revolución industrial. Vincent se bajó y se subió a un barco de Vela.
Tuve un sueño recientemente, yo flotaba sobre un castillo de piedras y un militar me apuntaba con su arma; asustada busqué refugiarme en mi interior, en la oscuridad y ausencia de todo. Aparecieron miles de relojes, cada uno con su nombre; me percaté que la manecillas del reloj “Miedo” giraban más de prisa, y lo entendí. El tiempo es relativo, está en nuestra mente, y cuando tenemos miedo, cuando sentimos ansiedad por “llegar” el tiempo corre más de prisa. Cuando me detengo, contemplo y acepto, el presente se hace eterno. La manecillas del reloj “Presente” se detienen; el tiempo es percepción.
Yo estoy en un proceso en el que me bajo y me subo en ese tren, quitándome miedos para viajar más ligera de equipaje, aprendiendo a vivir según mis propios criterios, descubriendo mi ritmo. Como las flores, que todas tienen ciclos diferentes y que, aunque comparten la primavera para florecer, no todas aparecen a la vez. Eso es realmente mágico.
Y de eso se trata esta colección que hemos diseñado juntas. Cada vez que lleves tu conjunto, llevas a su vez el recuerdo de una primavera, cuyas flores nos enseñan a que la magia ocurre cuando cada flor decide florecer, respetando tus tiempos, tus ciclos. De una isla que invita a ir despacio para poder contemplarla, para poder contemplarte. Y de un verano que sólo se hace eterno si aprendimos las dos primeras lecciones.
El poder de las flores nos enseña a tener un verano eterno…
Flower Power Endless Summer.
Helena Gil
Perinola HG
Porque la Vida es un Juego…