Aprender es un instinto biológico y el JUEGO es la forma instintiva de satisfacer ese impulso.
Perinola es el resultado de ese deseo inconsciente de evolucionar, de crecer, de conocerme a través del trabajo, del espejo del otro, de la experiencia, del ensayo y error, y de los aciertos.
Perinola no siempre ha sido un juego divertido y creativo. Muchas veces es un juego de estrategia, y a veces hasta un poco tedioso. Cuando te aprendes las reglas, te cambian el tablero de juego, y mientras, creces.
Recuerdo como si fuera ayer mi frustración porque los ponquecitos, que mi mamá y tía con mucho cariño me habían horneado para la inauguración de Perinola en 2011, se habían hundido. Sonará de malcriada, pero mucho menos, de verdad estaba agradecida, es solo que mi búsqueda de la perfección, el amor por el detalle, el miedo a la incertidumbre y la expectativa de ese día, hizo que a día de hoy me acuerde de esos ponquecitos.
Aprendí que muchas veces nos obsesionamos en pequeñeces que esconden grandes temores.
El 01 de octubre comencé un juego, uno que me ha ayudado a jugar el verdadero juego, el de la VIDA.
Un vehículo que me ha acercado cada vez más a mi yo más auténtico. Perinola me ha permitido ser independiente economicamente desde los 21 años. Me ha permitido conocer el mundo. Me acompañó en mi divorcio y me hizo creer en mí cuando decidí emigrar.
Perinola la siento también como un ente. En su propia energía engloba conceptos universales con los que todas nos podemos ver reflejadas. A veces siento que mi búsqueda de impulsar la autenticidad propia y de cada mujer, me hizo canalizar esta energía y que existiera este juego, esta marca.
De modo que Perinola, además de un juego, podría ser una especie de hija, cuya alma ha venido a la tierra para aportar su mensaje "porque la vida es un juego".
Y digo que es una marca para mujeres de espíritu joven, auténticas y libres, porque Perinola quiere que seamos más libres de nuestros propios miedos y cargas. Y sabe que eso solo se encuentra transitando el camino que conduce a TI, el camino de la autenticidad. Para aprender a transitar ese camino debemos permanecer jóvenes de espíritu, porque solo con el brillo de los ojos de un niño, ese entusiasmo y esa curiosidad, aprenderemos a jugar el juego de la vida, pero el de NUESTRA VIDA.
Si Perinola es una especie de hija, entonces tiene muchas tías que cuidan de ella para que siga creciendo sana y fuerte. Nosotros les llamamos Peritroopers.
También tiene muchas amigas, ellas hacen que Perinola tenga un propósito, y lo que más le hace feliz, es verlas brillar. Esas son sus Perilovers.
Así que estos años Perinola me ha hecho aprender. Ella saca lo mejor de mi, porque para que ella viva yo tengo que crecer, mejorar, tengo que enfrentarme a mis propias sombras, he tenido que aprender a superarme.
Perinola me reta constantemente. Cuántas veces no he pensado en dejarla, pero el amor es profundo y duradero y la idea superflua y fugaz. Y aquí estamos 11 años después y en dos países.
11 años el número mágico ¡ y como lo han sido todos estos años!
Gracias a todas por el apoyo, sin ustedes Perinola no fuera sustentable.
Perinola nació para impulsarnos a vivir nuestra vida de la forma más auténtica que podamos. Para recordarnos que el juego debería estar presente en todos los procesos de aprendizaje de la vida. Que la vida apremia a las valientes y que lo más poderoso que te acompaña en esta vida eres TU.
Gracias a todas perilovers & peritroopers....
